12.12.10

Dara
Todos opinaban lo mismo, era una chica triste y solitaria. Siempre llegaba pronto, era responsable y estudiosa. Se sentaba en su pupitre, sacaba sus cosas, y leía el fragmento de algún libro antes de que llegase la profesora. Cuando esta llegaba, escuchaba atentamente y salía después de unas cuantas horas que parecían eternamente pesadas para los demás alumnos.
Cuando llegaba a casa, terminaba los deberes rápidamente, estudiaba, leía, y salía despavorida de la casa a hacer lo que a ella más le gustaba: visitar la residencia “Hope Tales”.
Llegó sobre las 6.30. La residencia estaba tranquila. La señora Winter la saludó con una amplia sonrisa que delató un diente pintado de carmín. El señor Burton andaba perdido y desesperado por el pasillo mientras una enfermera le pedía por favor que se calmase. Romilda, la recepcionista, llamó a Dara con un dedo:
-         Pero bueno, si es nuestra queridísima Dara. Solo ha pasado un día y ya está desesperada por verte. Anda, no tardes, que si no se va a poner más nerviosa.
-          De acuerdo, de acuerdo. Ya voy. Por cierto, ¿qué le pasa hoy al señor Burton? Está más nervioso que de costumbre.
-         ¿Más nervioso? Si tú le vieras todos los días… Daría lo que sea porque todas estas personas pudiesen vivir tranquilamente, pero que le vamos a hacer…
-         Bueno, un beso. Ah, hoy me la llevaré a la feria, y al parque, también. Volveremos… sobre las nueve y media, ¿vale?
-         Sí, claro. Pasároslo bien. Y no olvides darle las pastillas de las ocho, ¿de acuerdo?
-         De acuerdo… Hasta luego.
Dara subió rápidamente las escaleras hasta el piso de arriba. Las cortinas de la ventana del patio trasera, estaban misteriosamente manchadas de una sustancia azul, que destacaba bastante en aquel pasillo iluminado. Se oía el sonido de la tele de la sala de las señoras obsesionadas con hacer zapping mientras decían unas cuantas cosas sin sentido. La voz de una de ellas resonaba sobre todas las demás, pues contaba las cinco veces que había muerto atropellada. Dara siguió el pasillo hacia delante cuando una chica, cerca de 21 años salió por una puerta y se la quedó mirando. La chica sonrió y empezó a correr hacia Dara, a lo que ella la recibió con un gran abrazo y una gran sonrisa. Allí estaba ella, su amadísima hermana, la que siempre le sacaba una sonrisa, su razón para vivir.
-         ¡Dara! Te he echado mucho de menos.
-         Audrey, pero si solo ha pasado un día.
-         Ya, pero pensé que no vendrías.
-         Pues aquí estoy, y prométeme, que si por algún motivo no puedo venir algún día, no te pondrás nerviosa, ni harás ninguna estupidez.
-         Lo prometo. ¿A dónde vamos a ir hoy? Prometiste que saldríamos.
-         Y lo haremos, pero antes tienes que cambiarte, anda, ¿o piensas ir en pijama a la calle con el frío que hace?
-         Vale, vale – dijo con voz relajada mientras Dara le ayudaba a ponerse la ropa - ¿y dónde iremos hoy?
-         ¿Ah…? Es una sorpresa…
-         Dilo, dilo, porfa, porfa. Anda… dilo…
-         No, ya lo verás, te gustará mucho.
-         Pues dime al menos una pista.
-         Uhmmm… Hay muchas luces… y vamos a comprar muchas chuches allí.
-         Uhmmm… ¡El centro comercial!
-         No, es muy divertido, y a ti te encanta.
-         Jo, dímelo.
-         Tendrás que aguantar…
Salieron por la puerta trasera que daba a la calle principal. Hoy era fiesta, y la feria estaba puesta ya. Había unas cuantas atracciones y los puestos de chuches estaban llenos de gente llena de ilusión. Todas las luces eran muy bonitas y el ruido de la música resonaba mucho. No es que a Dara le encantara la feria, pero ella sabía que a su hermana sí. Por eso cuando giraron la curva de los grandes árboles del parque que tapaban la feria y esta se vio al descubierto Audrey saltó y gritó de alegría e ilusión. Abrazó a Dara y se encaminó rápidamente dentro de ese bullicio de gente que se internaba en la feria. Dara fue tras ella y la cogió rápida mente, las dos caminaron hasta la una larga cola en un puestecito de chucherías adornado con lucecitas de colores y manzanas de caramelo. Después de esperar un buen rato, compraron unas manzanas de caramelo y muchas chuches variadas. Las que más le gustaban a ella y a Audrey eran los ladrillos con azúcar. Cogieron muchos y se despidieron del vendedor con una gran sonrisa. Dieron muchas vueltas por la feria, y aunque no podían montar en ninguna atracción a Audrey le encantaba sentir a la gente alrededor, se sentía una más allí, y no invisible, se sentía viva. Después de reír mucho y dar muchas vueltas, fueron al parque y se sentaron en un banco. El silencio estaba acompañado de un murmullo proveniente de la feria, ese sonido apenas audible, de la música y la multitud. Dara y Audrey se quedaron en silencio un rato y después comenzaron a hablar, Dara comenzó a contarle cosas sobre cómo le iba todo en general.
-         ¿Y cómo están Mamá y Papá?
-         Bien… bueno… no hablan mucho, y en cuanto al trabajo, bién.
-         ¿Hablan sobre mí? No sé, algo.
-         A veces comentan que van a ir a verte, pero luego no van.
Audrey comenzó a llorar.
-         No llores. Tú no tienes la culpa. Ellos… no pueden…
-         No quieren aceptarlo, no, no quieren ni verme, porque les doy lástima. Y eso es horrible, te lo aseguro.
-         Lo sé. Nunca hemos sido una gran familia. Ni siquiera comemos juntos. Pero no te lastimes, no te pongas tan triste. Yo siempre estaré contigo.
-         Lo sé.
Y así acabó aquella tarde-noche, la instantánea de dos hermanas abrazándose y dándolo todo la una por la otra. A las 9.30 llegaron a la residencia. Las luces estaban apagadas. Todos los internos dormían. Romilda ya se había marchado, pero había dejado la puerta trasera abierta para que Dara y su Audrey pudiesen entrar. Dara acostó a su hermana. Estaba cansada, pero la mera presencia de Dara, aún la mantenía despierta. Para que durmiese, Dara le contó una bonita historia. Cuando acabó los ojos de Audrey, estaban cerrados, y esta respiraba acompasadamente. Dara le dio un beso suave en la frente y se marchó, con una gran sonrisa.


6 comentarios:

  1. Hermosa historia, de esas que no dejas de sonreír siguiendo la lectura :)

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  2. ES una historia muy conmovedora sobre la amistad de dos hermanas :)
    ME ENCANTA¡¡


    Draky cada dia te superas más aun.

    BESOS¡¡¡

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  3. Jolín, qué triste :( ¿qué le pasa a Audrey? Que se ponga bien pronto :)

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  4. eso mismo iva a preguntar io..k le pasa a audrey?¿

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  5. Dara me recuerda a mi misma ^^

    Los personajes son entrañables y me inspiraron mucha confianza
    Me encantaría volver a verlos!

    Un besazo y muchas gracias por todos tus comentarios y tu apoyo ^^

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Sonrisas de Caramelo :D