26.8.10

Pero hay que seguir adelante...



Era una mañana de otoño. Las hojas de los árboles más altos caían con el viento. Este susurraba despacio la brisa fresca y húmeda de una mañana de septiembre.
Tara dormía plácidamente en su cama junto a la ventana, cuando de pronto el camión de la basura la sacó de su sueño profundo con un estruendoso ruido de maquinaria oxidada. Tara maldijo por lo bajo. Era la tercera vez en la semana que ese horrible camión la despertaba a las siete y media de la mañana. Al parecer habían cambiado el horario de recogida. Como habitualmente hacía si se despertaba se levantó y asomó a la ventana.
Una bolsa de plástico volaba por las sucias calles del barrio. El viento formaba remolinos de porquería como vasos de plástico, pañuelos, tapones y otras suciedades sin identificar. Chicles ennegrecidos por el paso del tiempo se acumulaban pegados pro el suelo de las calles. De las plazas y garajes salían a tropel miles de coches amontonados y todos con un mismo destino: trabajar.
Tara intento inhalar una pizca de aire fresco pero lo único que consiguió fue respirar el olor de la basura que el camión acababa de recoger y el gas que despedían los coches que circulaban por las carreteras de la ciudad.
-     Ohh! Qué mundo más nefasto y asqueroso - se decía Tara.
Eran esos momentos en los que se dejaba llevar por la imaginación para viajar a mundos nuevos. Mundos que conservaban la hermosura de su naturaleza. Mundos que no estaban infectados por la avaricia y la destrucción. Mundos en los que poder vivir mejor.

Son estas cosas en parte las que me hacen pensar y me motivan para tener una mejor actitud de esperanza y alegría en mundo así, sabiendo que es la pura realidad. Aparte de las personas que tanto quiero y admiro y que me iluminan la vida esté donde esté.

19.8.10

Amistad ♥ Felicidad




Aquí van unas cuantas frases de esas que son cortitas pero que encanta escuchar o leer:

La manera de conseguir la felicidad es haciendo felices a los demás.

La amistad es un alma que habita en dos cuerpos, un corazón que habita en dos almas.

Sí, el amor está muy bien a su modo, pero la amistad es una cosa mucho más alta.
Realmente nada hay en el mundo más noble y raro que una amistad verdadera.

Una amistad sin confianza es una flor sin perfume.

Uno de los mayores consuelos de esta vida es la amistad, y uno de los mayores consuelos de la amistad es tener a quien confiar un secreto.

"Quédate" es una hermosa palabra en el vocabulario de un amigo.

El que tiene un verdadero amigo puede afirmar que posee dos almas.

La amistad supone sacrificios y sólo el que está dispuesto a hacerlos sin molestia comprende la amistad.

Cuando un amigo nos pide algo, la palabra "mañana" no existe.

Un amigo es aquel que adivina siempre cuando se le necesita.

Hoy es el cumple de mi mejor amiga y no está aquí, conmigo, si no que está en su pueblo, así que como no me contesta al móvil pues no estará en casa se me ocurrió esta entrada sobre la amistad y la felicidad. Todas las frases son geniales, en mi opinión…
Hugs 

12.8.10


Ante un libro abierto el tiempo se detiene y una voz suave me susurra al oído que lo lea.

9.8.10

Las oportunidades son pocas... ♣

Laila estaba confusa. Cuando se pierde a muchas personas queridas y las que te quedan te ignoran y te miran como si fueras culpable de la situación lo que más deseas es desaparecer del mundo de la realidad sin demora. Pues esto es lo que le pasaba a Laila. Todos la daban por perdida. Decían que su tratamiento era difícil y delicado. Su enfermedad había llegado a un alto nivel de gravedad. Se sentía muy presionada.
-   Debes despertar de ese mundo de mentiras, Laila. Es lo mejor para ti - decían los doctores. 
-   No es más que una invención de tu mente - decía su madre.
-   No te engañes.
-   Despierta.
-   Vuelve.
-   Despierta, despierta, despierta…
Maldición, ¿no podían dejarla en paz? Era una presión social insoportable, inaguantable. Eran esos momentos en los que Laila dejaba a un lado el horrible mundo de la realidad y viajaba a su mundo perfecto y feliz, donde sus amigos y su familia la recibían con sonrisas y abrazos. Era un mundo de paz y tranquilidad, un mundo donde podía disfrutar de momentos felices y recordarlos en la eternidad. Pero esa vez, cuando se dejaba llevar por las redes de la imaginación, de pronto, ¡PUM!, cayó, y como si el tiempo se detuviese, se derrumbó en nada, esta flotando en un espacio vacío y oscuro. Apareció una luz a lo lejos, que fue acercándose y Laila se dio cuenta de que era una chica de su edad que estaba iluminada como una luciérnaga, con unos grandes ojos azules y mirada de esperanza. Su tez era como la porcelana y llevaba un precioso vestido azul celeste adornado con trenzas también azules colgando del bajo. Laila estaba estupefacta, no encontraba  palabras para explicar su confusión.
-   ¿Do, donde estoy? - estaba tan confusa que no lograba articular las palabras perfectamente.
-   En el espacio vacío que separa el mundo de la realidad del de la imaginación.
-   ¿Y qué hago aquí? ¿Quién eres tú?
-   Mi nombre es Yvanne y estás aquí para tu elección.
-   ¿Qué, que elección? No sé de qué me hablas.
-   Estás en la misma situación en la que estaba yo hace 200 años.
-   ¿200 años? ¿y qué te pasó para acabar aquí? ¿me va a pasar lo mismo? ¡Demonios!, yo no quiero estar aquí para siempre.
-   Eso no te ocurrirá si haces lo que yo no hice.
-   ¿El qué?
-   Elegir. Hace 200 años se me presentó la oportunidad de elegir, pero estaba tan presionada por la sociedad que no lo hice. Yo me había criado en una sociedad de poca libertad de opinión y decisión, dejaba que los demás eligiesen por mí en vez de ser yo misma. Cuando pasó la oportunidad de elegir, quedé anclada en este vacío infernal.
-   ¿Y te quedarás aquí para siempre?
-   No. Mi misión aquí era esperar paciente tu llamada, y darte la oportunidad de elegir. Después podré irme de aquí a otro lugar.
-   ¿Y has esperado 200 años?
-   Laila, cuando quedas sumida en un mundo vacío (si se le puede llamar mundo), viendo las caras de desesperación de los que cometieron el mismo error que tú, solo deseas escapar. Y si para ello tienes que esperar 2 siglos o más, la paciencia es el menor de tus problemas.
-   ¿Y como sabes que lo que te espera es mejor que esto?
-   No lo sé, pero algo es mejor que nada.
-   ¿Y si es algo horrible?
-   Todavía conservo la esperanza de un futuro feliz y tranquilo.
-   Entonces te deseo suerte en tu viaje.
-   Suerte en el tuyo.
De pronto Laila se despertó, su hermana Lina dormía a su lado profundamente. Abajo esta su hermana mayor, Ann, acurrucada en la litera. Podía oír las risas de sus otros hermanos corriendo por el valle al amanecer de un hermoso día de primavera. Laila estaba feliz, en su mundo feliz, y con la satisfactoria sensación de victoria. De pronto la ventana se abrió por acción de un viento suave y fresco, que trajo consigo una trenza azul celeste. Laila la cogió al vuelo y se la ató en la muñeca a modo de pulsera. Nunca olvidaría esa mirada de esperanza que la ayudó tanto en su viaje.
                                                                                                               
Las oportunidades son como los amaneceres, si uno espera demasiado se los pierde.

7.8.10

El progreso...

El progreso es la carretera que te lleva a ver lo que la carretera destruyó.


Hoy fui al campo y pase al lado del grafiti del muro que separa el carril ciclista de la M-609. La frase me hizo bastante que pensar, pues en cierto modo tiene razón.

La frase lo dice todo.

5.8.10

El chico de la bici roja ♥


Era una mañana de verano. Yo estaba aprendiendo a montar en bici con mis padres y mis hermanos, tan solo tenía nueve años, y entonces le vi. Montaba en una bici roja antigua, su pelo revoloteaba a la dirección del viento y con este vino curiosamente un olor dulce como la miel, le miré embobada y me quedé poseída por sus ojos, eran del color del mar cuando no se sabe si es verde o azul, tendría unos dos años más que yo. Y me miró. Yo me ruboricé y entonces me sonrió, nunca olvidaría esa sonrisa torcida y pícara.  De pronto mi padre me llamó para que montara y cuando me di la vuelta ya no estaba.
Los próximos días seguí yendo a aquel instituto abandonado por la soledad del verano, y allí estaba él, dando vueltas y vueltas. Nunca hablaba con nosotros, simplemente daba vueltas con su bici roja, y como yo era muy tímida (y lo sigo siendo) tampoco hablaba. Hasta que aprendí a montar.
Ya lo dominaba bastante bien, así que me lancé. Empecé a dar vueltas y vueltas, como hacía él, y entonces me habló. Me dijo que se llamaba Jace, un nombre poco corriente en aquel pueblo, así que yo le dije el mío, que tampoco era muy corriente, la verdad. Y así le conocí, empezamos a hablar, todavía dando vueltas y vueltas, pero se bajó, yo me quedé parada, y me hizo señas para que le siguiera. Le seguí, cuando paramos de andar me hizo sentarme en un escalón de la puerta del instituto, de forma que un muro nos separaba de mis padres y mis hermanos. Yo estaba nerviosa, sinceramente, nunca había hablado con un chico a solas a no ser que fuera alguno de mis hermanos. Pareció darse cuenta porque me dijo:
-       Tranquila, relájate, no haré nada que tu no quieras que haga.
-       Vale - le dije un poco ruborizada.
Nos quedamos en silencio, yo estaba un poco incómoda, hasta que volvió a hablar.
-       ¿Sabes? La mejor forma de ser más extrovertido y no ponerte nervioso cuando estás con alguien que no conoces es dejarte llevar, haz como yo, cuenta todo lo que desees contar sin miedo a lo que puedan pensar.
-       La verdad, es que me cuesta mucho, porque no se me ocurre que decir.
-       No es problema, yo te cuento algo y tú me cuentas algo relacionado con eso. Por ejemplo…viajar, yo viajo todos los años con mis padres para conocer sitios nuevos y gente nueva, somos como…nómadas, no nos establecemos en un sitio fijo, mira, este año vivimos a las afueras del pueblo. Te toca.
-       Vale, pues… la verdad nosotros no viajamos fuera de España porque no tenemos mucho dinero, pero vamos al campo a ver paisajes nuevos, subimos montañas o nos bañamos en algún río o pantano.
-       ¿Ves? Así es más fácil.
Y así empezamos a hablar más tranquilamente, yo le miraba y él me sonreía con esa manera suya tan peculiar, a lo que yo le devolvía otra sonrisa. Hasta que cogimos confianza (y eso en unos minutos) y me rodeó la cintura con el brazo, me puse tensa y me susurró en el oído:
-       Tranquila… no haré nada que tu no quieras que haga.
Hizo ademán de quitar el brazo.
-       No, no me molesta, estoy bien así.
-       No tienes por qué hacerlo.
-       No, da igual.
Y así nos quedamos. Me gustaba sentirle cerca, y su olor dulce como la miel me relajaba dejándome llevar… Me apoyé en su hombro y empezó a acariciarme el pelo, y así pasó el tiempo mientras hablábamos y hablábamos.
Pero toda esa sensación de tranquilidad desapareció cuando de repente mis padres me empezaron a llamar, me puse nerviosa, que dirían si nos vieran juntos, él agarrado a mi cintura, y yo, apoyada en su hombro. Así que nos levantamos deprisa y mis padres aparecieron por la esquina del muro, se me quedaron mirando y dijeron:
-       ¿Qué hacías ahí sola todo el tiempo? ¿Estás preocupada? ¿Te pasa algo?
Era curioso, estaba con Jace, el estaba a mi lado.
-       Mamá, papá, ¿es que no lo veis? Estoy con Jace - entonces caí en que ellos no sabían su nombre - el chico de la bici.
-       ¿Qué chico, cariño? Ahí no hay nadie.
Entonces me giré y ya no estaba, había desaparecido, se había esfumado literalmente. Y eso me enfadó muchísimo.
Al día siguiente fui al instituto con mis padres y el no estaba, y no apareció nunca más. No le vi nunca más. Me entristeció, e intenté convencerme de que habían sido imaginaciones mías, pero no podía hacerlo porque yo sabía que había sido de verdad, porque lo había sentido. Después de los años iba a aquel instituto abandonado con la esperanza de que apareciera o al menos lo sintiera dentro de mí, pero no ocurría nada, así que fui olvidando casi toda su información, pero lo que nunca olvidé ni olvidaré son sus ojos, su olor dulce como la miel y su sonrisa torcida y pícara…


4.8.10

La vida se disfruta... ★


  Solo se llega al amanecer por el sendero de la noche…


La vida es un camino y todos y cada uno de nosotros tenemos uno propio y personal, uno que nosotros mismos creamos, y al que siempre nos enfrentamos, porque un camino nunca es perfectamente recto, eso es mala señal, quiere decir que te lo han dado todo hecho y eres una persona dependiente.
Todo camino tiene curvas, baches, agujeros, barrancos, y todos esos obstáculos a los que en la vida real llamamos problemas, y a los que nos enfrentamos todos los días, horas, minutos y segundos. Porque, ¿qué sería si todos esos obstáculos nos los quitaran de en medio sin darnos la oportunidad de resolverlos y hacerles frente? Que no habríamos aprendido nada, pues ya se sabe que todos aprendemos de nuestros errores y en un futuro nadie estará allí para hacerlo por nosotros. Y si no aprendemos esto, llevaremos una vida aburrida, encerrados en una burbuja de la que no podremos salir.

¡Adelante! ¡Sigue tu camino!

¡Disfruta de la vida!